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viernes, 17 de diciembre de 2010

Encuentro...

Como gotas de lluvia predestinadas a caer,
tu realidad y la mía debían entrelazarse.
Como un trazo en el lienzo pasó tú vida en mi vida.
Noches y días respirando para luego morir.

Imaginé con temor un día un sol brillante.
Arriesgada fui al recrearte en mis posibles mundos,
pero sin razón y sin por que eras el dueño
de mi imaginario y binario común.

Lo hiciste posible con tú fuego en mi ceniza,
juego peligroso de poner a arder fantasías.
Sonaste la puerta sin despedida y
dejaste un rastro de lirios marchitos
en tú tránsito etéreo.   

Culpa inminente invadió mi género,
recapitulaciones de lo ocurrido para
justificar la pérdida y entender las
fallas que quebraron los caminos.

Este tiempo no es tuyo ni mío…
Despídete lentamente y prometamos
a la brisa un encuentro entre galaxias
para disminuir la distancia.  

Juremos que no puede ser 
más lamentable que lo vivido... 
Respiremos consuelo en letras.
No retemos al antagónico destino.




                                      

domingo, 5 de diciembre de 2010

Despedida sin texto...

Cuando la quietud se apropia de los espacios compartidos
y los brazos se fatigan del peso ajeno, es el momento del deshielo. 
Cuando pequeñas gotas de luz se fermentan en las ventanas,
movimientos de hojas en vuelo se apoderan de la realidad.
Poco a poco me desintegro en pequeños trozos, para no 
hacerme sentir en ningún pliego de las sábanas desgastadas. 

Una puntilla tras otra, una postura casi animal, una recolecta furtiva. 
Pieza a pieza se busca juntar, piezas que cubren la decencia ya perdida.
Última mirada al campo de batalla, ejercitando la vista periférica;
como buen soldado no olvidaré la lucha, pero sí entregaré las armas,
para no volver a estas líneas enemigas, llenas de pólvora y púas.   

Pequeño movimiento irrumpe con la retirada, pronto reflejo de pérdida. 
Bajo la mirada, los hombros y la espalda al verme descubierta. 
Silencio molesto que espera diálogo y explicaciones errantes. 
Se escapa un aplauso ante mis maromas cautivas y circenses,
una sentencia letal firmada por las retinas y el giro del desprecio. 
Algo derrotada doy un paso atrás al no creer en los regresos,
tú das dos adelante por creer en los finales felices de cuentos. 

Las cintas de clausura aparecieron tras sonar la puerta,
todo ya estaba dicho; las palabras sobraron cuando el escenario
habló con sus tablas y huellas viejas. Aguardé unos minutos en el portal
esperando ser rescatada del vacío y la soledad, a penas escuché los pasos
que se encaminaban con cierto temor hacia mi sombra, decidí por ambos
hacia donde irían los rieles y hacia donde iría el choque de las almas rotas. 
Decidí salvarme y salvarte y evitar funerales de tumbas compartidas con
coronas de lirios, colores marchitos y una eternidad sumamente larga.

La vida, sus colores, matices y personajes nos colocan
en calendarios a placer. Es necesario ser asertivo y suspicaz
para sobrevivir a los cambios pero, en ocasiones, me dejo
eminentemente vencer por el radicalismo que transforma los
momentos de vida en pequeñas muertes memorables.
Nacer o morir ya no es antagónico. Unos brazos más,
unos pies, un cuerpo, quizás dos, unas manos, unos codos
en todos lados aparecen. Hoy viví en los tuyos y anuncié con retirada mi muerte.

El recuerdo consumado de bajeza disfrutada
pesa más que explicaciones y citas en la almohada.
No despertaremos juntos ni abrazaremos la mañana,
no viviremos en castillos ni volaremos inclementes.
Somos terrenales, somos imperfectos, somos temor,
somos puntos suspensivos...  
Te deberé y me deberás un beso en la frente,
pero no será hoy que nos consolemos. 




                                                                

    

miércoles, 1 de diciembre de 2010

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Táctica y estrategia....

"Si no saben volar..."

"El lado oscuro del corazón", Mario Benedetti in Motion Type

METAMORFOSIS, POEMA VISUAL

Besos - Gabriela Mistral, voz de Pepe Sarmiento

Aquella que adornaba la esquina....

Siempre altiva y decidida hacía sonar sus pasos por la acera fría...
Ajustadas telas a su forma que le restaba circulación pero le sumaba vistosidad. Campanas adornaban sus palabras pues agitaba 
mucho las manos, oradora reconocida, equilibrio mordaz de gracia y vulgaridad...


Aprendió a usar su boca y no solamente para hablar o perdonar.
Quizás fueron los gritos y los vidrios rotos que adornaron su niñez,
o el toque desconsiderado de una mano vigorosa e inmensa sobre su piel...
Pero creció sabiendo cual era su destino, al punto de negarse a recibir el bautismo.


"¿Para qué limpiarme de pecado si yo provengo del mismo? 
haré del pecar un arte, haré del pecar un vicio divino y lucraré 
complaciendo a quien requiera y mantenga el tiempo conmigo". 
Con ese credo horrorizó mil veces a su abuela quien murió 
no solo de dolor si no también de sordera pues prefirió negarse 
a escuchar tal reducto y se hizo de la vista gorda hasta que dejó
este mundo. 


Sola se fundió con la vida y sobrevivió las pruebas mordaces de la misma. 
Un patrón repetido de hombres dominantes marcaron su vida 
con palabras y golpes como ella decía que bien merecía. 
Así los escogía, dominantes y vengativos, esos que por madres tienen un verdugo y luego al crecer albergan tanta pena que se desquitan con cualquier mujer sea dama o ramera. 


Aunque se decía independiente y se contoneaba al 
caminar como ninguna, siempre en rincones lloraba sola 
y drenaba su pena salada con marcas profundas. 
No le temía a la sangre, pues siempre la vio desde niña. 
Un corte aquí uno allá penitencia sin cura alivio y agujas. 


Se levantaba y seguía sonando sus altos tacones rojos por la esquina, lanzando besos al vacío, esperando que un príncipe de lata oxidado y dominante se la llevara a casa y la hiciera sentir importante. 
Dejó de vivir para sobrevivir, actúo por inercia para resistir, se inventó acrobacias para sobresalir.


"Más paga más vicio porque Dios así lo quiso" 
pregonaba victoriosa sosteniendo unos pocos billetes.
Que costosa es la vida de la que por dinero se reinventa 
y dice "te amo" a extraños que solo firman su sentencia, 
pues bien sabe que un día le va a tocar su hora y se marchará
a una mejor vida pero probablemente sin gloria. 
Todos los días ora porque una mano se la lleve hasta arriba 
y la adorne con unas alas y una coronita. 


Que le digan te perdono, ya todo ha pasado duerme tranquila 
el descanso a llegado... Guinda los tacones rojos que aquí 
caminarás descalza. Mujer de saldo y esquina aquí serás
bautizada y te pondremos por nombre la gran María Dolores 
que se tiró a tantos hombres en busca de sobrevivir 
en un mundo podrido de olvido y oxido por unos billetes casi rotos
que solo alcanzaron para esos letales y famosos tacones rojos... 




                                                                 

Dos horas llamadas vida...

Aquellas cuatro paredes casi totalmente oscuras
solo dejaban filtrar un hilo dorado de luz...
Algunos sonidos de la noche se hicieron sentir,
para recordarnos que aún no hemos partido.
Tumbada sin pesar y emancipada de prejuicios
me adueñé del lado izquierdo de aquel perímetro bendito.
Cosas curiosas las que hace uno por mantener la pequeña paz
pues en el lado derecho suelo anclarme normalmente.
Pero valió la pena ceder el breve espacio que llenaste desmedido. 


El poder de las miradas siempre demanda reconocimiento,
iris perfecto y expresivo en el que podría perderme sin retorno. 
No hizo falta la luz clara para detallarte....Para conocerte,
mis manos memorizaron a la perfección tus surcos y formas.
Pactos sellados con besos en la frente distantes de amor físico,
frases susurradas labio a labio como paso de brisa de Abril.
Perfectos somos y solo pasaron dos horas, me reconociste, te reconocí.
Te sujete muy fuerte para no perderte, apenas llegabas y te sentía mío.
No me dejes gritaban mis huesos que te sujetaban con fuerza...
Pero más se aferraba el alma que no aguantaba otra posible pena. 


Eras mío...Yo fui tuya por el hecho de estar respirando el mismo aire.
Aún cubierta de pies a cabezas me sentía tan desnuda tan vivida...
cada caricia era un idilio simétrico. Cada beso, cada juramento eran recompensa. Sentí que la vida hizo mella, que me escuchó finalmente.  
Un latido tras otro y los botones intactos tú sombra y la mía una sola.
Una pieza diseñada justamente para encajar en la otra...Un círculo perfecto.
Bendita risa, bendito amor que se apresuró a esparcirse en el aire...
Bendito tú y bendita yo que creamos metamorfosis desde el alma ardiente. 


La inminente realidad hizo sonar sus pasos. Llegó sin ser invitada,
llegó rígida la muy maldita riéndose desde el pasillo y arrastrando cadenas.
Entendí que quedaba poco tiempo, que debías seguir y yo esperarte.
Solo quise hacerme inolvidable, solo quise hacerme necesaria, solo quise...
Te separaste encuentro perfecto, terminaste antes de tiempo.
Siguió la oscuridad sin ti y sin mí y el hilo de luz ahorcó la fantasía.
No te vi de nuevo solo te recreé en mis ausencias...Te fuiste humo gris.
Pero  no cambio cada gramo de arena que corrió en el reloj de la vida...
Si solo pude vivir un día, pues declaro eternidad ese breve momento.  

                                                  





martes, 30 de noviembre de 2010

Mundana Despedida...

Cuando sueño con la mirada abierta todo lo demás desaparece...
Solo mis sonidos y mis sombras conspiran como teloneros de supuestos.
No hace falta un inicio o un comienzo en mis fantasías vacilantes,
pues son extemporáneas y de infinito desarrollo. Son trama y son guión.
No hay juez, no hay verdugo… No hay compromisos, reglas o dogmas.
Soy yo pasando como la brisa por momentos caníbales, soy solo yo, jugando…


Todo imperfecto, todo distinto, todo encajando en un espacio creado.
No hay dudas enmarcando cuadros, ni puntos suspensivos en las oraciones.
Las obligaciones migraron de hemisferio, todo aquí se nutre del suspenso…
Olas quiebran al borde de mis pies y mis manos transforman néctar en piel,
lágrimas como agua destilada para té se transforman en dulce para el después.


No quiero dejar este sitio, ni las desbordar las flores que forman mi vestido,
inclemente arena que cae en el vidrio cuando se le da la vuelta y cobra ritmo.
Que los pájaros canten mi despedida, que la lluvia susurre mi nombre…
Que cada paso marcado deje nacer hormigueros, que todo lo que toque brote de nuevo. Me hago ceniza ante el sol… Ya no siento mis dedos y esos abiertos se tiñen de concreto.


Tambores suenan y los pies no danzan… 
Solo danza el alma emanando lirios….
Solo danza el alma buscando nueva morada….

Carta al marinero esperado...

Como olas del mar llamadas en silencio
por una orilla coronada de sal y espuma
mi ser ruega tú presencia con susurros
de sirena, colmando las ventanas de mi alma
que no paran de llorar empañadas y opacas.


Como un barco a la deriva sin ruta ni timonel,
se pasean todos mis por qués naufragando sin respuestas.
Como un marinero melancólico que añora un viejo querer
mi vela suplica viento a favor para superar la marea.


Como espuma blanca que corona
las réplicas mudas de las olas y su inquieto vaivén,
mi soledad y yo viajamos siete mares
sin movernos de la orilla ni del punto que marca la cruz.
Mi mente vaga por tú recuerdo, un muelle lejano,
me hace sentir que estoy contigo mientras
me disfrazo de la brisa que perfuma añoranzas.


El peso de tú ausencia transita y se esparce por mí
como un mensaje oxidado dentro de una botella.
Ojala pudiera representar en letras la melancolía
para escribir sobre ella… Para sentirme dueña de algo.
Mis manos frías como la marea del invierno son,
quizás sin quererlo un reducto tangible de mi pena.


Si lanzo este destino a las estrellas quizás entre tanta luz se pierda.
Probablemente alguien apuntando lo baje de un solo golpe y lo sienta,
al verse reflejado en cada llanto, sople a prisa este mensaje hecho de arena, la misma tomada de la orilla que enmarca las huellas de la espera.
Reposando como yo inmóvil, desgranada, esparcida, y soñando…
Soñando con ese barco que viene por ella para viajar a la tierra del después. 

Juguemos con fuego...

Hoy te doy el permiso de hacer conmigo lo que quieras,
de que me cosas y me descosas a placer, a tú manera…
te invito a que me hagas en la sombra lo que el sol condena.


Mañana nos desconoceremos en alguna esquina ocasional,
pero hoy juguemos a ser…Creemos roles y personajes.
En estos momentos seremos amantes, mañana desconocidos.
Ambos traemos a esta cita marcas de desatinos en la piel,
prometo por unas horas lavarlas con mis manos y mi agua.


No pretendo ser una más o una menos en tú cuenta astronómica
en la que guardas estrellas sin gracia de brillo intermitente,
por eso no me pidas que a tú partida si quiera te nombre pues
no te ofrezco castillos y horizontes para no exigirte reinos en las nubes.
Se que deshojar realidades no genera el placer de las ilusiones,
pero en sabanas blancas, en lienzos de piel las mentiras son dardos.


Pudo ser cualquiera, pudo ser ninguno, pudo ser el tiempo,
pero hoy, cara a cara con mi iris en tú alma solo te pido entrega.
Solo por hoy bríndame una pradera, una brisa fresca, un deshoje…
Descúbreme como el mejor de los regalos, paso a paso sin apuro.
Admira mis huellas, mi forma, mis susurros… Háblame con tus labios.
Recrea un amor ambiguo, pasional, cerebral, químico… Animal.


Ya después toda agua volverá a su cause, toda palabra a su dueño.
Cada marca a sus labios y que cada mirada al recuerdo…
Aquí inició y se cerró un libro de escasas páginas. Jugamos y ganamos.
Al menos por una vez las palabras se evaporaron y habló el tiempo...
Al menos por una vez tú nombre y el mío fueron verbo infinitivo.
 

Tú ausencia es mi tinta...

Si mi deseo descansa en tus labios…
Si mis anhelos reposan en tú pecho,
por qué siento este enorme espacio
En el lado izquierdo de mi cama?


Si la brisa fría se topa conmigo
secando a su paso una lágrima caída
dónde está tú sombra cubriendo mi espalda?
Dónde está la promesa del después?...
Del mañana.


Este hábito mío de creer en utopías
va dejando onda huella en mi verbo.
Esta costumbre de soñar contigo,
de ponerte rasgos y rostro se transforma,
evoluciona, se incrementa en sentencia.
Es juez, es verdugo, es ilusión intermitente.


Qué gano yo soñándote, esperándote.
Limpiando mi mente, desempolvando mi alma.
Comparando mis ofertas con tus demandas…
Recorriendo la vida con marcos en mano,
buscando congelar momentos, pintando imágenes.
Quizás esas páginas inconclusas del libro de mi aquí,
sin esta espera torpe y casi adolescente no tendría sentido,
no tendría tinta…No tendría un por qué.


Tú ausencia innecesaria es argumento para cuestionarme,
mientras espero sentada bebiéndome a un lado de la calle,
con los brazos extendidos y la mirada color esperanza.
Recreando la mirada de algunos ajenos que señalan...

Márchate sin despido...

Segura creía estar de lo que hacía
cuando a tú propuesta fugaz accedía,
cada beso y cada abrazo pretendían
engañar a mi conciencia desprendida de razón.
No se puede engañar al corazón
ni impugnar falsos quereres
si a la hora de ser uno, ser danza,
solo dos cuerpos están presentes.


Con fecha de caducidad marqué esta locura,
mientras sostenía vidrios rotos en mis manos,
imperante autocastigo para filtrar fallas,
dolor inminente por vivenciar humanidad.
El daño persiste debatiéndose con el recuerdo…
Elecciones, ambivalencias, marcas de un hoy sin mañana.


No busco culpables o inocentes,
no pretendo perdones en pregones mansos.
Solo deseo entender, comprender, cuantificar
Por qué aún conociendo el castigo y su peso
caminé a contracorriente de espaldas al sol.


Yo que solo quería un poco de esa felicidad tuya
hoy me encuentro recolectando fragmentos.
Yo que hice caso omiso a las señales de lo inminente,
hoy vulnerable te pido que te marches sin despido.
Es que cada vez que te miro aumenta esta pena,..
Y con dolor me reafirma tú presencia que peque, qué viví.


Destino que manipulas a tú antojo
la voluntad de los absurdos mortales,
llévate en tú viento frío mis cristales salados,
mis anhelos y utopías que deforman mi arquetipo.
Deja una versión nueva, menos humana, menos voluble.
Carga con el alma y deja al cuerpo que sufra…. 

A ti pasado...

Preparo mi mejor discurso… Una especie de apología al tiempo.
Diariamente entre esas líneas ambiguas verso a verso vivo y muero.
Momentos pasados retornan como una bitácora de hondos tropiezos,
cargan a cuesta mis equivocaciones y un par de aprendizajes incompletos.
Cargan piedras con errores tallados que aún pateo en las esquinas.
Cargan cuestionamientos de merecimiento, cargan llanto y melancolía.  

Que difícil escribirte a ti que has manejado enteramente mi vida,
Tú, tiempo, controlas mis libertades y los pesos que me atan al presente.
Dejas restos del pasado que arrastro cuando enrumbo hacia el después.
Diariamente con esfuerzo intento retenerte para distanciarme de lo 
que por sentencia es contigo un resultado inminente.


Como arena entre los dedos sutil y minúscula transcurres sin detenerte.
Osada yo pretendiendo superar realidades que coexisten cronológicas y enlazadas.El tiempo siempre será tiempo, motivo de mis ambivalencias inacabadas.

Transcurres, pasado, sin límites por mi memoria recordándome lo que fui.
Hoy intento recolectando pedazos revalorizar ese concepto y seguir.
Irremplazable ensayo y error que permites aprendizajes colaterales
que gravitan en el vivir, historias se reescriben en las páginas de mi vida, letras todas con la tinta derramada por ti.


Tú, pasado que conoces mis desavenencias quédate esta noche y brindemos.
Nada ha permanecido tanto en mi vida como todos tus estragos
que dejas grabados en el alma y el cuerpo.