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lunes, 26 de junio de 2017

Lo genuino del odio no nacido..

A mí me niegas lo que quiero,
pero a otras que ni lo piden
se lo das a manos llenas.

Conmigo no juegas ni el juego,
te sabes querido y con eso basta.
Quisiera reventarte la cara
a dos puños cada vez
que me haces esa puta mirada,
como diciendo sin hablar
"Soy un cabrón y lo sabías"
ahora no esperes argumento
o serenatas.

No sé honestamente por qué
me gustas... Hay miles y mejores.
Quizás sea tú barba roja de pirata,
qué no hace mucho juego
con lo rubio de tú pelo.
Pero volvamos a la parte
en que a puños te devuelvo
cada jodido desvelo y
el dinero que me gasté
para olvidarte con cervezas.

Joder, que sexy eres cuando cocinas...
Pero no, yo a ti te odio.
Bueno intento... Quiero, trato.
Ya hablamos del marrón
oscuro de tus ojos
y tú boquita pequeñita?
De tus manos desenvueltas
y tú sonrisa parejita?
Que coñazo eres...
Seguro desde el inicio lo sabías.
Que esto no sería,
que el tú y yo no pasaría.
Porque soy intensa
como bien decías,
porque bebo y salgo mucho,
porque me desvelo y no paro
pero aquel día como te gustaba
que bebiera cerveza de la botella
que hablaramos de Tarantino
la música, la película,
el bar de la esquina,
los mil polvos de madrugada,
el beso de la mañana.
Las 48 horas que cambiaron todo...
El día en que me descubrí
queriendo como había
olvidado que se hacía.

sábado, 10 de junio de 2017

Consejo #323: Después de las 2:00am sólo toma cerveza y no decisiones...

Que mis demonios convivan
ligeramente con los tuyos
no quiere decir nada...
Que mis ojos tropiecen
con tú mirada para luego
esquivarse no esconde
un código binario especial.
Que una vez tus manos
supieran como tocarme
no debería crear ninguna historia,
Que despertáramos juntos
sólo fue casualidad.

Que nos comiéramos la boca
aquella noche por las calles
de Madrid a medio iluminar,
que nos bebiéramos casi toda
la cerveza del lugar...
Que quisiéramos compañía
disfrazada de lo cotidiano
debió quedar por escrito
que era sólo un día y nada más.

Que luego se hiciera una cortina
repleta de excusas colgadas
a medio secar... Que ya
no buscaras mis ojos entre la gente,
que ya no habían más cervezas que tomar.
Que ahora por capricho seguramente
ando persiguiendo la reincidencia
tras tú ambigua y algo egoísta negación,
ahora que quiero besarte nuevamente
hasta descubrir si me quedo
por masoquismo o verdadera elección.

Hoy cuando pensarte agota...
Cuando quisiera pasar de tú proceder,
hoy que no quiero saber si tocas a otra.
Hoy que no me apetece llamarte después.
Recuerdo el pendiente en tú cama,
los besos que quedaron a medio acabar.
Quisiera beber aún más cervezas
culpar a alguien más
por haberte elegido.
Me cago en la causa-lidad,
quiero lo sepas...
No eres tan especial y aún así
te escribo...