El licor es el peor enemigo del recuerdo,
como lo es el agua del aceite
o el adiós de las ganas pospuestas.
El licor atenta con su danza invisible
contra el recuerdo que se maquilla de ayer...
Pasa sin pedir permiso, reta sin luego asumir,
ilusiona sin ser veredicto y se disfraza
irresponsablemente de mentira enamorada.
Hoy recordé por qué dejé de beber el día
que decidí no llorarte, aquella tarde, en
la que cada chapa doblada anoté un pretexto
para no quererte.
Hoy recordé lo mal que me hace jugar a la
nostalgia extemporánea ante una partida
anunciada. En éste país de solitarios beber
resulta más costoso para tu historia q para tu bolsillo. Beber es una catarsis anónima...
Nosotros humanos de turno, emprendemos a lo largo de nuestra vida una búsqueda infinita por el equilibrio como sinónimo de paz. Algunos con métodos más ortodoxos que otros pero de igual manera predestinados a transitar un camino desconocido pero necesario.Yo siempre escogí a la palabra, bajo cualquier disfraz, bajo cualquier luz. Este espacio brinda una pequeña ventana a mi mundo...
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sábado, 29 de junio de 2013
Hay peligros que susurran crónicas...
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