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martes, 8 de noviembre de 2016

Haciendo memoria...

Una vez estuve enamorada...
Fue la primera y la única vez hasta ahora. 
El "te amo" más sincero y extemporáneo; 
digno de la inexperiencia del alma 
que siente con el ímpetu de la novedad. 
Siempre pensé que lo sentí tarde, 
cargaba yo con unos 23 años, 
mucha teoría, nada de práctica. 
Y me topé con él, que venía de tantas batallas. 
Con unas heridas de guerra enorme 
que ni toda mi saliva podrian sanar,
Pero terca como soy lo intenté... 
Y así, le regalé cuatro años de mi vida,
litros de lágrimas, el esmero del intento gastado,
noches de entrega y muchas cervezas. 
Sólo el primer año me imaginé casada y con hijos; 
luego los otros tres me desdibujé de a poco. 

Una vez que sané me tocó reconstruirme...
La vida, el alma y sobretodo la mente. 
Mis conceptos cambiaron radicalmente 
y entendí, mientras recogía mis pedacitos, 
que aunque el amor no te mata 
te jode lo suficiente como para cogerle el gusto.
Empecé a sentirme cómoda en sufrir 
así como también en la más idílica felicidad. 
Abracé con la extremidad del cielo mi soledad.
Viví muchos años con ella de copiloto. 
Con mis piernas abracé algunas espaldas. 
Mismas que vi partir en algún momento 
haciendo su vida sin incluirme en ella.

Con el tiempo conocí un hombre increíble, 
coincidió con un nuevo empleo, un nueva ciudad,
una nueva carrera y una nueva yo. 
Vivimos un año maravilloso
de paz y descubrimiento
para luego terminar a orillas de una playa
despidiéndonos. Admito fui yo,
pues debía seguir y no podía llevar pasajeros
entonces empecé a pensar que tal vez mi soledad
se puso cómoda, se quitó los zapatos
y montó los pies en la mesa. 
Se sirvió un vino blanco
y puso a sonar a la Joplin. 

Soy buena pareja, eso dirían quienes
de una forma u otra,
con título o desde el albedrío
me abrieron un espacio en su vida y su cama. 
Pero por alguna razón,
siento que requiero
un curso para relacionarme. 
Ojito, ésto es una condición no medicada
que aplica a hombres que me gustan
Pero que por algún motivo casi místico
se suelen ir más pronto que tarde. 

Mi mejor amiga dice que yo debo administrar
mi "tú misma" pues me vengo arriba
y sin eufemismos dejo ver muy rápido
todas mis roturas, cicatrices y falta de maquillaje. 
Que prefiero quedar para unas cervezas
en vez de un café, y que yo transgredo
el sistema evolutivo volviendo presa al cazador. 
- Tal vez a ésta altura del juego piense
que soy un coñazo, pero no-
Sólo que vivo bajo mis propias normas
y parece que eso muchas veces
no suele procesarse con la misma rapidez
en que yo con sólo ver a alguien sé si quiero
una noche o todos los cafés del después
que quepan en lo relativo de la vida. 



jueves, 2 de junio de 2016

Llámalo favor si te da la gana...

Define para mi felicidad...
Siento curiosidad enorme
por como alguien como tú,
egoísta y temeroso puede
entender la forma real
en la que funciona el mundo
más allá de su polla.
A ti que te tumban los días grises,
que no tienes rumbo pero
llevas siempre pasajeros.
A ti que difícilmente diferencias
mierda de perlas y viceversa,
tú que juras amor entre licor
y traición en sobriedad.
Sí tú, el que me confesó que
no lo querían ni follaban
como yo tantas veces lo hice,
que luego de tantos años
aún hurga en los pequeños
rincones de mi memoria.
Le hablo al que cree que vende
su historia pero ni si quiera
es dueño del prólogo...
A ese que aún se toca en las noches
pensando que son mis manos.
Ahórrate el acuse de recibo,
deja de leerme y buscar
lo que hace mucho tiempo
está claramente perdido.
Ve con tú demagogia de falsa libertad
a las letras de otra...
No irrumpas en las puertas
-y las piernas-
que para ti ya están cerradas.

martes, 31 de mayo de 2016

No recurrente...

No somos nada
ni nos esforzamos por serlo...
No me da los buenos días
pero me dice alguna guarrada
como a eso de las tres de la tarde.
Cuando yo no escribo él suele hacerlo
y cuando él deja de hacerlo
me doy cuenta a los días.
No esperamos nada del otro
ni nos hemos mirado a los ojos.
No es necesario desear cambiarnos
pues conocemos muy pocas
cosas para modificarlas.
No hablamos de deseos ni de familia,
de planes o de dinero...
En su sofá pasa la tarde con
programas de la sexta,
me coge la mano y reposa su cabeza
en mi cuerpo semi vestido
raramente cómodo, ensanchado
de la confianza que dan
los años de compartir cama.
(Aunque sólo he dormido
en ella y con poco espacio
una vez hace nada).
Es raro, sólo tiene un par de meses
pero como no deseamos más
debe ser por eso que a ratos
nos hacemos felices sin
ni si quiera fantasear con que
así podría ser la vida.

lunes, 23 de mayo de 2016

Prometo...

No puedo mitigar tú dolor
que viene de tantas batallas
que yo aún no he liberado
pero quiero prometerte
que siempre estaré para ti...

Al otro lado, arriba o abajo,
pero siempre contigo.
Quizás no con mi piel y huesos,
con el peso de mis pasos,
pero siempre en la palabra oportuna.
Estaré como una extensión
del recuerdo que nos unió
dibujando las filigranas
de la mejor decisión de mi vida.

Te lo debo... Quiero y elijo
ser la utopía de tú realidad.
La pausa en tú día difícil,
pues te lo debo.

Uniste mis partes rotas.
Me hiciste reinventar mis conceptos,
crecí de nuevo en tú verde bosque.
Te lo debo...


Cuenta ascendente hacia ningún sitio...

Aquí puedes tenerlo todo...
Sólo debes pedirlo.
Complicidad ingrata de la madrugada,
sonrisa esquiva del falso cortejo,
besos de callejón con los extraños.
Una enorme caja llena de mierda,
de distintos idiomas y
una sola forma de ver el mundo...
Con el alcance jerárquico que
brinda tú pasaporte y, si eres mujer,
de la fama que te genere
el sitio donde naciste
que influye directamente proporcional
a las destrezas de tu coño
que todos creen adivinar
porque se sienten el premio ibérico,
el mejor cromosoma, el elegido.

He jugado con todos aquellos
que han pretendido jugar antes conmigo.
En el proceso empecé a perder
pequeñas partes
dejando sudor y discursos
por la curiosidad del polvo ofertado.
Mostré mis mejores destrezas,
vi la inseguridad a la cara de
aquellos que con la luz semi apagada
resultavan polen de primavera...
Pequeños y molestos. Nada relevante.
No hubo promesas, pasaron de esos
protocolos tercermundistas y luego
nos encontramos por las calles
acompañando a otros con quienes
repetiríamos el papel de amantes.

Yo aún espero por uno...
Por el que realmente importa.
Los demás son simulacros,
el verdadero incendio aún
no ha conocido la gasolina del destino.
Espero me perdona el egoísmo
que desde mi albedrío derroché
en su lastimosa ausencia.
Que entienda que la soledad
en ocasiones es mala consejera
y que las ganas no conoces privativas.

Le invitaré una cerveza, y no me lo follaré hasta la cita número 20.
Espero llegue pronto,
que me desgasto.


sábado, 7 de mayo de 2016

Sucede...

He perdido la práctica
de apreciar lo implícito...
Lo que no es necesario
contar para saber que existe.
Me debato entre los tiempos
para calificar de moralmente correcto
mis decisiones desbocadas
producto de la novedad.
Trato de lucir relajada
y familiarizada con los rituales
que se evidencian por las calles.
Siento que no sé seguirlos,
que perdí el manual tras
mis fracasos experimentados.
Que hay llamadas prudentes,
hay mensajes sugerentes
y un universo cruzando los dedos...
Ojalá y sus sábanas
sean las definitivas.


viernes, 29 de abril de 2016

Ambigüo como los lunes...

Empieza a llenarse el globo de la ilusión
con el aire ajeno de la causalidad
en la que siempre suelo creer
para justificar mis propios desastres.
El dueño del aire exhalado casualmente,
o premeditadamente,
es el dueño del alfiler.
Quien decide lo siguiente...
Ni se imagina que recibió de mi
pequeñas letras firmadas de paz.
Vuelvo a empezar en éste ritual selvático
al que no le llevo el ritmo.
Hay que mostrar las plumas,
hay que brincar como gacela,
hay que fingir que no interesa
para que más interese.
Pequeños convenios del mundo primero.

"Me lias mucho" y así empezamos...

El túnel sin Sabato...

El hábito siempre clásico
de perderme en rincones oscuros
termina siendo el cable a tierra
que acaba con una de mis siete vidas.


Entonces como adulto irresponsable
empiezo un espiral que no refracta
la luz optimista de los libros rosas.
Decido hundirme, como sólo yo sé,
para terminar en tirabuzón
sobre mis propias cenizas.


Así de esa forma, tan triste y engañosa
mi cuerpo hetereo vuelve a ser
lo que una vez me dejó el hastío.
Crece como semilla posterior al declive
y se descurte de las excusas...
Soy de extremos como mis miedos,
primero dejo que el mundo me coma
para luego tener mi propio festín,
mi propio pequeño universo
donde yo me transformo en caníbal,
donde me regereno con la fotosíntesis
de la resurrección.

martes, 23 de febrero de 2016

Entonces fui a ésta boda...
Donde todo estaba hermoso.

Cada detalle finamente escogido, la gente, la bulla, el vestido prestado y el maquillaje de dama. Los buenos deseos, la alegría de la coincidencia, la música de moda y las caderas sin albedrío. Yo sólo observaba -el nuevo hábito de la vejez anticipada- que te permite analizar a detalle la vida (normalmente la ajena) que siempre es un canon injusto para los que no cabemos en cuadros. Nunca he ido a una boda fea, ni a una con mala comida, aunque muchos critiquen el whisky como si bebieran como Adecos a diario. Aunque muchos tengan apreciaciones tan vagabundas del amor. Pero ésta boda fue especial, no sólo porque se casó un afecto que consiguió un buen hombre. (Mismo que un día capaz se vaya a escondidas a beber y se extravíe en pretextos pero es bueno.), sino también, porque nadie criticó nada y eso debe ser aquí y en Budapest un presagio decente. Lo más peligroso no es que yo bebí mucho y nunca me quité los tacones a pesar de salir dignamente borracha y con todo el permiso que me da ser la amiga soltera y divertida... Hay algo. Es que descubrí que quizás, en algún momento sea yo la que pudiese estar feliz del otro lado. La que se preocupe porque los tequeños alcancen y la que quizás se eche un vainón con un marido que parece bueno. No tengo apuro tampoco, pero si quieren se burlan desde ya porque, seguramente, no estarán invitados así que su opinión de mi riesgo no marca diferencia.