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martes, 30 de noviembre de 2010

Juguemos con fuego...

Hoy te doy el permiso de hacer conmigo lo que quieras,
de que me cosas y me descosas a placer, a tú manera…
te invito a que me hagas en la sombra lo que el sol condena.


Mañana nos desconoceremos en alguna esquina ocasional,
pero hoy juguemos a ser…Creemos roles y personajes.
En estos momentos seremos amantes, mañana desconocidos.
Ambos traemos a esta cita marcas de desatinos en la piel,
prometo por unas horas lavarlas con mis manos y mi agua.


No pretendo ser una más o una menos en tú cuenta astronómica
en la que guardas estrellas sin gracia de brillo intermitente,
por eso no me pidas que a tú partida si quiera te nombre pues
no te ofrezco castillos y horizontes para no exigirte reinos en las nubes.
Se que deshojar realidades no genera el placer de las ilusiones,
pero en sabanas blancas, en lienzos de piel las mentiras son dardos.


Pudo ser cualquiera, pudo ser ninguno, pudo ser el tiempo,
pero hoy, cara a cara con mi iris en tú alma solo te pido entrega.
Solo por hoy bríndame una pradera, una brisa fresca, un deshoje…
Descúbreme como el mejor de los regalos, paso a paso sin apuro.
Admira mis huellas, mi forma, mis susurros… Háblame con tus labios.
Recrea un amor ambiguo, pasional, cerebral, químico… Animal.


Ya después toda agua volverá a su cause, toda palabra a su dueño.
Cada marca a sus labios y que cada mirada al recuerdo…
Aquí inició y se cerró un libro de escasas páginas. Jugamos y ganamos.
Al menos por una vez las palabras se evaporaron y habló el tiempo...
Al menos por una vez tú nombre y el mío fueron verbo infinitivo.
 

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