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lunes, 28 de noviembre de 2011

Complemento decretado...


Amarte es tan natural que casi remplaza el hecho de respirar.
Cuando mi mano toma la tuya, cuando mis labios rozan tu eco
y mi sombra comparte tus noches entiendo el sentido del nosotros.
Plural perfecto, decreto justo, historia que se escribe en el viento…
Un latido que se agita con tu voz distante, tu sonrisa y figura.
Hace tanto que no soy yo sino una mejor versión que crece con tu existencia.
Imágenes sensoriales que se materializan con la prisa oscura del deseo consciente,
sentir correspondido y de respiración eterna, solo tu y yo sellando un capítulo.


Cantidad y calidad como sinónimos.... 


lunes, 5 de septiembre de 2011

Caleidoscopio de cuatro cristales



El amor se viste de luz y mitiga la soledad del pecador.
El amor es reconocer que la imperfección juega a ser gloria.
El amor se viste de luz y mitiga la soledad del pecador.
El amor es yodo para la grieta del tiempo y agua para el cántaro roto.

El amor no es lo que parece, siempre es mucho más.
El amor es compartir la cama, la vida y las letras…
El amor no es lo que parece, siempre es mucho más.
El amor es mirar la lluvia juntos y pertenecernos con cada gota.

El amor es descendencia que anda descalza y huele a trigo.
El amor es mezcla de sangre, símbolos y promesas de humanidad eterna.
El amor es descendencia que anda descalza y huele a trigo.
El amor es parir manos bondadosas, ideas liberadoras y voluntades cuánticas.
                                                                                     
El amor es el origen de una vida nueva y la muerte de la negación.
El amor es renacer de cenizas azules que quedaron de un cielo en llamas.
El amor es el origen de una vida nueva y la muerte de la negación.
El amor es hacernos polvo de estrellas y dejar ramas bajo la tierra de la infinitud. 





El amor, sin condicionados, solo como sentimiento elevado a su máxima expresión es el medio y fin de la vida misma. A esta conclusión llegué después de agradecer mi pasado, vivir con convicción mi presente y sembrar purpurina magenta al futuro…

martes, 16 de agosto de 2011

Entre otros eventos

Te dije que no era posible, sin dar razones, ocultando mi temor. Silencié palabras y ahorré lamentos, como siempre, como antes de ti. Caminé por mi mente viéndote de reojo, acelerando el paso para no caer, me conseguí cerrando historias cuya tinta empezaban recién con el “había una vez”. Hablar de amor es tan sencillo como llorar con un buen libro, comentar una novela, ver una película de dos horas y anticipar según su género un típico y añorado final. Somos buenos, hasta damos consejos, seguimos un libreto, nos vestimos de humanidad. No siempre se observa, el muro suele ser alto, con un pequeño agujero para poder mirar, quizás se asome una mano, un par de deseos. Un corazón ansioso, uno sin estrenar. Aguantaste mi intemperie, resististe por los tres, por mi, por ti, por el temor al nosotros. Me permitiste reconocerte, ya el ciclo al fin se completó, siempre fuiste tú, siempre fui yo.   


                                             

                                          

Amoet


Te amo como la orilla a las olas,
como el poeta ama a sus obras.
Te amo con grafías claras sin letras pequeñas,
tal y como la flor ama a la primavera.

Te amo como lo hace la brisa
que se pasea entre ramas y techos.
Te amo como el tiempo a la vida,
te amo como nadie lo ha hecho.

Te amo silencioso y místico
en tus reservas y excesos.
Te amo cuando eres arte
representado en trazos negros.

Te amo cuando ríes entre margaritas
y extiendes tus brazos para tocar mi ausencia.
Te amo porque me esperaste paciente
hasta que mis pasos siguieron tus huellas.    

Te amo con la fe ciega de que eres recompensa.
Sin temores, ni miedos, en lo simple, en lo complejo.
Te amo porque me doy el permiso
de vivir una eternidad que escapa del tiempo. 


                                       

viernes, 8 de julio de 2011

Escritos sin tinta.

Si pudiera cerrar tus ojos con mis besos, uno tras otro.
Acomodar tu almohada y anhelos antes de la hora de dormir.
Susurrar mis desvelos a tu oído, beberte en suspiros lentos,
quizás solo así sabrías que te siento cercano a mi.

Tomar tu mano antes de cruzar una calle, apoyarme en ti para saltar.
Compartir un chiste o las noticias diarias, tener anécdotas para celar.
Si pudieras elegir mis recetas, mi ropa, mis tareas solo por diversión,
eso me haría parte de tu vida, elemento de tus horas, tu carta de presentación.

Viéramos correr las estaciones desde nuestra ventana de cristal,
si yo estuviera contigo un nuevo plan sellaría la noche diaria,
si yo estuviera contigo una risa cercana abriría la mañana.
Pero mientras llego, aguárdame en el lado derecho de tu cama.

No olvides que en las nubes mando mis mensajes ocultos,
que la brisa es emisaria de mis besos que son solo tuyos.
Recuerda que me ves en las esquinas extendiéndote la mano
y que hasta reloj usaría para recordar nuestros antagónicos horarios.

Yo estoy más cerca que antes, camino lento pero sin prisa.
No hay que adelantar lo que está escrito antes de que se escribiera la vida.
Espera por mi entre las letras de tu nombre, el mío te aguarda paciente.
Construyamos esa historia prometida, esa eternidad que nos deben.    

                                                

martes, 28 de junio de 2011

“When You're Strange”



“When You're Strange” es un documental sobre The Doors estrenado en 2009 y escrito y dirigido por Tom DiCillo. El tecladista de la banda, Ray Manzarek, ha dicho que "esta será la verdadera historia de los Doors", he indicó que este documental será el "anti-Oliver Stone", refiriéndose a la película de 1991 que Stone dirigió, y que atrajo críticas de parte del los fanáticos de The Doors y de gente cercana de Morrison por ciertas diferencias entre los hechos reales y el guión de Stone.
“When You're Strange” fue estrenada en el Festival de cine de Sundance el 17 de enero de 2009, donde recibió críticas favorables en general. Sin embargo, la narración grabada por el director Tom DiCillo fue para muchos un elemento que estropeó la calidad de la cinta por su monotonía. Johnny Depp fue contratado para volver a grabar la narración. La nueva versión debutó en el Festival de cine de Los Angeles en junio de 2009. La versión final del documental también fue proyectada en el Festival de cine de Londres en octubre del mismo año. Por último, en los cines en abril de 2010 junto a un álbum del soundtrack.
El guitarrista Robbie Krieger cree que este documental es un retrato más acertado de Morrison que la película biográfica de 1991. En definitiva, Krieger se sintió "muy feliz" de como resultó el documental, elogiando particularmente el trabajo de edición. Los miembros sobrevivientes de la banda decidieron no involucrarse demasiado en el proyecto para tratar de conseguir el justo balance neutral que cualquiera conseguiría.

viernes, 24 de junio de 2011

Soy del tiempo…

Una orilla colmada de agua, un sol naciente aunque sea de noche,
gotas de rocío en pétalos abiertos, brisa que despeina los surcos del alma.
Las nubes hablan con suspiros, la lluvia me sabe dulce, las hojas caen con ritmo,
no hace falta abrir los ojos cuando leo el futuro con solo respirarte.

Como la paz bíblica que surge del saber que existes en este tiempo terrenal,
la tranquilidad de que encajas en mi alma sin ni siquiera esforzarte por intentar.
Evolución casi natural al sentir que pertenezco a un mundo de acuarelas tornasol,
camino directo que transporta a tu puerta, misma que conoce mi manera de tocar.

Llegaste entre tormentas, papeles vencidos y tinta agria, reconociste la magia
que se escondía en la fiel huída de quien no tiene nada simple que perder.
Eras lienzo en blanco, espejo de la experiencia, eterna promesa atlántica.
Articulaste verbos que mi alma añoraba, te quedaste a ser árbol de sombra fiel.

No te vayas que se acerca la noche, tómame de la mano, háblame del después.
Cerraré mis ojos sin el temor de no verte, aflojaré mi mano sin pensar que te irás.
Eso debe llamarse confianza, el apostar por lo incierto ante tanta decepción que
riega la humanidad. Ya no soy lo que solía, ahora he cambiado, reducida a grano
firme que en tu tierra fresca y oscura has de plantar. Besa mi frente, hazme
cosquillas, desconozcamos al tiempo y aparca en mi orilla, aquella libre de sal. 


                        

viernes, 17 de junio de 2011

Capas...

Coloco una cinta negra en mis ojos y te cedo el puesto.
Bajo los brazos de la razón y la angustia ante la posibilidad,
mis fuerzas no son las mismas, pero queda un poco de fe en mi
así que te la otorgo para que la sumes a tu voluntad de hierro.

Hace tanto no hago figuras en cristales empañados por la lluvia,
las últimas hojas de aquellos cuadernos permanecen en blanco,
empecé a creer que las rosas secas en gavetas son un castigo
y que conservar papeles viejos era retar de frente a la memoria.

Ya no pateo las piedras que consigo al caminar, ahora las salto.
Pido el café con mucha azúcar y compro periódicos que no leo,
Como libros para el alma, vivo de los sentidos para el cuerpo
pero ahora desde las esquinas solitarias, no desde el centro concurrido.

La bulla me contamina, los modismos los descubro a destiempo,
me guardo entre clásicos que me trasladan a placer y que otros critican.
No uso paraguas, ya se a que sabe la lluvia y como siente en la ropa.
Ahora creo en promesas y me río entre miradas desconectadas.

Soy una parte de mi que no quiere pernoctar en terreno solitario…
Una versión que se deslastra ante miradas de mecánica antaña.
Puedo caminar sin sujetar ninguna mano, puedo caer sin pedir ayuda.
Me refugio en letras, colecciono suspiros, pienso en ti más de la cuenta.

                                       

sábado, 11 de junio de 2011

Recomendación Cinematográfica

La película se desarrolla en EEUU en el año 1964. Selma (Bjôrk) es una inmigrante checa que se muda a aquel país con su hijo Gene. Además padece una enfermedad hereditaria degenerativa que le está ocasionando una rápida ceguera progresiva. Por este motivo, Selma ahorra centavo a centavo en una lata que guarda en su cocina para pagar una operación que evite que su hijo sufra el mismo destino.

Selma, en sus pocos ratos libres participa en la obra teatral The Sound of music, actividad que por momentos le permite separase de su lamentable realidad, sin embargo y debido a su condición experimenta en los ensayos y preparación de la misma la parte más definitoria de su condición de ceguera teniendo que ocultarla para participar en la obra. Ella estratégicamente lograba guiarse contando pasos y siguiendo los sonidos de su entorno, así logro permanecer un poco más entre el reparto sin levantar sospechas, práctica trasladad a su vida laboral y personal, de aquí derivan muchas de sus alucinaciones en donde ve a la gente en números teatrales. 

                                                                               
La cosas se complican paulatinamente tras sufrir el engaño de uno de sus pocos amigos, mismo que la aloja en una casa rodante en el patio de su casa y el que, aprovechando su condición de invidencia descubre el lugar secreto de sus ahorros y los toma en su ausencia dándole un giro definitivo a la trama. Selma comprometida con la salud de su hijo llegará como bien nos tiene Von Trier acostumbrados pues a las últimas consecuencias con tal de recuperar la cantidad justa para la operación de Gen que tantos años le llevó reunir.  

                                                            

jueves, 2 de junio de 2011

Lepidoptera.

Yo alguna vez debí sentir mariposas libres en el estómago.
De esas que están ahí sin necesitar de razones para pagar su estadía,
eran aquellas diminutas las que indicaban que ya la existencia era más compleja
pues sensorialmente percibíamos al mundo como la página de un buen libro.
Con el tiempo algunas emigraron, seguramente por el frío invierno en mis paredes.
No han regresado aún aquellas libres mariposas, ya no chocan en mí sus alas,
humildes y nobles envían remplazo para asegurarse que no marchite vacía y
hueca pero, aún, no he logrado cumplirles siendo quien permite que se escapen
por las rejas abiertas de mi voluntad gastada y repleta de finos barrotes.

Hay momentos en que me alimento de suspiros y trago nubes con formas,
se que hay algo aún intentando agitarse pero inminentemente caen sin éxito.
En casos más afortunados se marcan en la piel las huellas de las polillas, una
versión monocromática ante los monólogos de mi conciencia de matices ya grises.
Siempre creo que volverán las libres alas dispuestas en pares, pero luego,
en silencio entiendo que nunca serán libres pues ya las razones son disolventes.

Las próximas serán del color que escoja, de peso necesario para sentirse pero,
también ligeras para mudarse en cuanto la cosa se haga utópica. Esa emoción
eterna ante lo desconocido se refriega en el agua sucia de las experiencias  
previas que nos condicionan como murallas altas para soportar algunos golpes.

Ahora que lo pienso nunca me gustaron las mariposas, siempre temí por ese
polvo que sueltan en su vuelo, de pequeña creía que causaba ceguera crónica,
Quizás desde que nací o antes, ya genéticamente me prepararon para temer no
solo al animal sino a lo que ellas significan en una sociedad ansiosa de metáforas.

Yo no quiero mariposas… Yo quiero golondrinas que picoteen las entrañas donde
el verdadero amor se aloja, ese que sale de tan profundo que aunque pase el
tiempo no emigra ni se fuga, no se evapora ni se vuela, Ese que no requiere de
colores o alas en pares, ese que nos recuerda que estamos vivos entre pequeñas
muertes. Un amor de golondrinas que se alimente de letras y en donde las plumas
cosquilleen la conciencia por minutos perdidas y donde las alas torpes se
tropiecen por el espacio limitado, pero, que en conjunto con mi itinerante
esperanza convivan hasta compartir el lecho. Eso quiero para mi, egoísta como
siempre.
  




                                  
                                   

lunes, 23 de mayo de 2011

Somos imagen y semejanza de una suposición…

Nuestra naturaleza verdadera no proviene de Dios,
no somos ni seremos la promesa de un mundo nuevo
por el hecho de ser creyentes polifacéticos.
Las luchas que emprenderemos siempre serán egoístas
así las compartamos hombro a hombro y grito a grito.
¿Cuántos pechos golpeados al ritmo de letanías
adornan bancos de madera que rechinan por la hipocresía?
Tantos cánticos aprendidos que ni si quiera emergen afinados,
tanto sencillo de ese que nos sobra en cestas, tanto ritual
al ritmo de campanadas como si fuese este un patio de recreo.

Un símbolo de redención con cuatro puntas cardinales,
colocada en alguna pared que probablemente convine, fíjate,  
arrepentirse ante ella parece ser un modismo y no un sentir.
Supongo lo has notado, porque al igual que yo a pesar de estar
en aquel campo santo has criticado a tú prójimo. ¡Que vergüenza!
Da claustrofobia esa cabaña de una ventana y una entrada,
¿Son de madera para que retumben las confesiones?
¿Si fuesen de alabastro resbalarías las palabras?
No se debería escuchar a quien no camina por este suelo
manchado de cierto pecado y humanidad como cualquiera,
menos si te tutea desde una tela metálica como si se tratara
de un autoservicio, de esos impersonales porque no te ven a los ojos.
Yo con unas cervezas, si lo quisieras, podría exorcizar tu alma,
yo, que el único voto que he comprado a sido el de confiar
en mi instinto, lo único que considero soberanamente natural. 

                                                  
                         

sábado, 21 de mayo de 2011

Recomendación Musical


                                                                     

Sarah Jaffe, es una cantante y compositora de Texas cuya música folk-pop es toda una muestra de talento y sensibilidad. En el año 2008 publicó su primer Ep, llamado Even Born Again, antesala de su primer álbum, Suburban Nature del 2010.

                                              

                                                                      

Filigranas...

La magia del tiempo se mide por su poder de detenerse, una habilidad única que solo se logra en ocasiones. Todo alrededor se dilata, se degrada, se borronea, se pierde con el soplido inerte de bocas bajo juramento. Son esas réplicas mentales las que permiten mantenerse conectado a la realidad ante eventos que, colmados de detalles, juegan con los sentidos. Parece una insinuación literaria y remota cualquier planteamiento que desdoble el alma, por ello quizás a esas gotas cronológicas le tenemos poca fe. Cautivos transitamos, buscando esos instantes que hagan más ligera la carga de vivir sin existir.

Dependo de instantes para respirar, necesito lo insensato de un arrebato o el riesgo de morir por soplos para luego agradecer que aún tropiezo como cualquier mortal que deambula con vetas. Probable que de esta manía de cazar reverencias sin un escudo físico sino más bien emocional se haya colmado de riesgos mi integridad ante cualquier juicio, poca confianza tengo de salir airosa entre brazos que sé, después de extendidos, han deseado ahogarme. Confiar es una práctica metafísica que cuerpos mutilados no logran alcanzar por mucho que cierren los ojos.

La culpa desconozco por no haber logrado definirla en una mente que se salvaguarda en algunos cuantos aciertos. Nombrarla sería ubicarla en algún espacio vacío de mi memoria y no me interesa sabotear las pocas libertades que me concedo. Prefiero invertir la paz que compro cuando la ofertan en proporcionar instantes desdibujados a la memoria y cuenta de mi vida. Esa que interrumpo con artistas de cartón que no aguantan frío o viento, un te quiero o un simple odio. Como secuelas de un ayer, como marcas de vejez en un mapa se siguen quedando en el alma experiencias como filigranas de un anhelo descontinuado por la erosión de vientos inclementes. Así como esa mancha de vino sobre el mantel, como la humedad de aquel vestido se guardan intactos los momentos que fraguan la distancia en la que no estoy contigo… El idealizado sin rostro, la promesa de lo incierto, el final del punzón de mis manos. 

                         

miércoles, 11 de mayo de 2011

Tanto tantas...

Tengo tantos rostros apilados que hoy no se cual escoger para mostrarme al mundo.
Tengo tantas heridas abiertas que no poseo más jirones de piel para remendarlas.
Tengo tantos fantasmas en la espalda que siento cada vez más cerca mi nuca del suelo frío.  
Tengo tanto descanso pendiente que las bolsas de mis ojos traicionan la cronología desordenada de mi corta vida.
Tengo tantas ganas de rozar que mi hábito de sentir con ambas manos todo lo que me rodea se ha duplicado.  
Tengo tanto que soportar que mis nervios empiezan a fragmentarse después de las seis de la tarde.
Tengo tanto café en el sistema que no recuerdo la última vez que me quitó el sueño.
Tengo tanta rutina que no uso reloj, solo basta con detenerme y ver que actividad me consume la voluntad para tener un aproximado de la hora.
            Tengo tantas historias calladas que, algún día, serán usadas para equilibrar una vieja mesa de té sin brillo.
Tengo tanto de lo que no se toca que rezongar en voz alta me recrea cargos de conciencia.
Tengo crónicas que inician con comillas y finalizan en muertes anunciadas.
Tengo un listado borroso por la gravedad, mis lágrimas siempre caen en las letras mayúsculas y los bordes.
Tengo expresiones indisimulables ante frases que me hacen fragmentar la sanidad.
Tengo miles de razones para sentirme diferente al resto, para buscar portadas distintas a mis días y espacios solitarios para emigrar sin equipaje alguno.
Tengo una vida prestada que en ocasiones quisiera devolver…


                                     

miércoles, 27 de abril de 2011

Humo...

Dijiste que buscaríamos la manera de manejar esto lo mejor posible. Hablaste de cuidarme y cuidarte, de no lastimarnos, pero sin duda algo falló. Creo que podría culparte de esto, aunque no es un hábito común en mí repartir responsabilidades, hoy sin embargo, no me da la gana de cargar sola con estas promesas sin eco en el tiempo. No se qué podría ser peor, si pensarte hasta el cansancio de mi razón o a pesar de todo, el seguir tanteando en la oscuridad hasta conseguir un mínimo recurso para rescatar lo que hace mucho tiempo está perdido. Cambiaste haciéndote más de lo mismo y menos de mí. Cambiaste sin avisarme para que lo hiciera contigo. Ya no hay vino, no hay poesía, no hay libros… Ya no soy yo en tus madrugadas, en tus excusas, en tus alegrías. Ya no eres tú en mis letras, en mis historias sin contar, en mis noches de fuga, dejaste de ser hasta en aquella canción…     


                                                                 

Waking Life Official Trailer

jueves, 21 de abril de 2011

Mis pensamientos buscan un muro donde alojarse...

Hay ideas tortuosas, ideas que demandan energía, tiempo y críticas. Sin duda, son ese tipo de cosas las que te orillan a buscar actividades paralelas. Pintar, cortar, mover, rasgar, cantar, leer, caminar, refregar, huir, morir, revivir, padecer.  No es de dudar que la ansiedad se apodere de mi a lo largo del día, que en ocasiones mi humor cambie con el clima o que mis recuerdos sean clavos oxidados, pero sin duda, he perfeccionado el arte de redimirme sin sublevarme ante realidades que no me incumben pero me reconectan con las circunstancias difusas de mi existencia física. Sacerdotes pedófilos, servicios colapsados, gobernadores ineficaces, muertos en esquinas, conflictos bélicos y otros nudos son el pan diario, uno sin duda duro he innecesario. En ocasiones me pregunto como existen personas que pueden dejar por elección sus mentes en blancos como hojas para estrenar. Cómo harán para no pensar en el día, para no tener ideas martillando una y otra vez, ideas de esas que hacen el sonido de un árbol cayendo, aquellas que como secuencia traen otros porqués igual de irreverentes pero que dejan eco… Por qué (si a la realidad nos remitimos) lo hago si a mi nadie me ha preguntado qué opino.

Hoy fue un día diferente, quizás porque inició con lluvia. No me había levantado aún de la cama y ya tenía una idea amplia de cómo sería el resto de mi ciclo, curioso que estando a mitad de semana me sintiera yo la mitad de lo que ayer fui. Pude perfectamente servirme café y existir, existir de aquí para allá sin mucho, como he hecho estos días libres de rutina, pero llenos de cuestionamientos habituales. Perfectamente pude calzarme y salir a caminar, (un factor necesario desde hace algún tiempo), incluso de haberlo querido podría haber hablado con alguien en casa, pero hoy el silencio fue mi mejor acompañante. No llené mi tiempo con actividades, no pinté, leí o existí… Solo me limité a quedarme en cama, a no levantarme por vasos o platos, a no atender tlfs a no responder saludos. Me dediqué a pensar, pero poco me importó el diario, la noticia, la conversación ajena. Hoy tenía como de costumbre mil ideas en la cabeza y el alma, digo miles porque 999 llevaban tú nombre tanto en la mente como en el ser. Esta vez no las sustituí con otras irreverencias para silenciarlas, ellas, en esta ocasión, solicitaban ser escuchadas. Yo debía sentirlas, debía procesarlas, debía y debía para al final del día colocarlas en alguna esquina mental hasta decidir un mejor destino para las mismas.

Recordé una y otra vez tu mirada nerviosa, dirigida a la nada y por momentos a mi, tu postura tensa y algo encorvada, ese tono de voz suave y con acento sutil. Ya no eres como te recordaba, has cambiado. Es curioso que me refiera a esto de los cambios, nos desconocemos aún a pesar del tiempo que nos separa. No se cuantas horas duermes, que comidas te saltas, desconozco las palabras que usas para conversar, alguna muletilla, un pequeño tic u otra peculiaridad, somos dos extraños lado a lado que la vida presentó hace mucho pero sin lograr mayores resultados. Empezó la noche con una conversa nerviosa, algo genérica, que adornara cualquier posible pausa incómoda que por mis nervios probablemente no ocurría, pero debía prevenir, ya conoces bien mi hábito de hablar demás para disimular mis propias aprensiones. Quería saberlo todo, quería escucharte aquellas palabras prometidas, quería que rieras conmigo, que me vieras diferente pero por lo pronto la situación ameritaba calma y prudencia, así mis labios pidieran apuros torpes de algún beso robado.

Cuantos detalles para recordar, paredes, ventanas, escaleras, tu rostro, los espejos, las prohibiciones, los espacios vacíos y mi presencia junto con la tuya en el medio de ellos. La vida suele obrar de maneras curiosas, solo estabas en mis letras y ahora bastaba extender un respiro sutil para sentirte ahí, de nuevo a mi lado, poco a mi frente. “Cuéntame de ti, dime lo que quieras, un secreto, lo que piensas…Pero dime algo”. No podía faltar mi curiosidad y como siempre no podía sobrar tu equidad para segmentar mis preguntas afanadas. Si bien la información es poder quizás pretendía esa noche conseguir un poco para mi y así resguardarme, asegurarme o creerme que esto en realidad pasaba. De igual forma, el juego estaba a tu favor, a pesar de que no lo creas. Todo era tan distinto, desde el aire ligero hasta la noche silenciosa, enmarcaban una especie de estar sin estar, un pretender sin invadir, un respetar tus pensamientos pero buscando calar en ellos a pesar de las normas. Te dije lo que pensaba, para qué callar a este punto, me mostré ante ti como siempre lo he hecho pero en esta ocasión con un reducto de egoísmo por pensar primero en mi y lo que deseaba al estar allí. El perímetro se hizo poco a poco más pequeño, el peso de tu brazo reposaba en mi espalda, todo tuvo sentido al menos un segundo, siento que desde ese momento iniciaste la despedida a pesar de haber acordado que sería un acuerdo mutuo.

No fui yo, fue alguien más, la que esa corta noche te acompaño torpemente. Desconocía todo lo que siempre ha sido común en estos casos… Mis manos no rimaban con mi escasa respiración por esa molesta alergia que llegó con tu arribo, las sombran no marchaban en total sincronía aunque el corazón tenía su propia partitura y ese juro no se equivoca. Tanto para sentir, tanto para vivir, tanta escuela antes de ti, tanto ensayo y error perfecto, básico, cumplidor y recurrente para encontrarme transparente ante tu presencia algo más reducida a como la recordaba. Una competencia sutil y silenciosa de la que me percaté un poco más en tierra, esa voluntad de no hacer que te cuestionaras al sentirte tan lleno de lo deseaba brindarte hasta copar tus paginas. Un exceso con límites a fin de cuestas, un placer culposo que reflejaba tu gran destreza. Me sentí tan ajena a ti, a pesar de sin rozarte sentirme tan tuya. Los demonios en la espalda no son la mejor compañía, hacen meya aunque se establezca resistencia, esa noche fuimos tres o más en el mismo espacio.

Botellas de vidrio esperando ser impactadas, una sola bala, una sola oportunidad. Un gatillo accionado y un efecto inmediato de reacción expansiva. La bala no llegó a su destino… El cristal solo sufrió la quemadura de un roce extraviado y allí permanecerá junto con el resto en la intemperie de una negación a nuevos intentos. Aún conservo una piedra pequeña en la mano para ambicionar hasta cumplir el destino, aprovechando tal vez un ligero descuido, un gesto de confianza, una invitación silenciosa… Prometo esta vez dar el blanco sin dejar rastro alguno de mi fugaz acierto. Pero acompáñame a acompañarte, víveme para vivirte un poco.