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martes, 31 de mayo de 2016

No recurrente...

No somos nada
ni nos esforzamos por serlo...
No me da los buenos días
pero me dice alguna guarrada
como a eso de las tres de la tarde.
Cuando yo no escribo él suele hacerlo
y cuando él deja de hacerlo
me doy cuenta a los días.
No esperamos nada del otro
ni nos hemos mirado a los ojos.
No es necesario desear cambiarnos
pues conocemos muy pocas
cosas para modificarlas.
No hablamos de deseos ni de familia,
de planes o de dinero...
En su sofá pasa la tarde con
programas de la sexta,
me coge la mano y reposa su cabeza
en mi cuerpo semi vestido
raramente cómodo, ensanchado
de la confianza que dan
los años de compartir cama.
(Aunque sólo he dormido
en ella y con poco espacio
una vez hace nada).
Es raro, sólo tiene un par de meses
pero como no deseamos más
debe ser por eso que a ratos
nos hacemos felices sin
ni si quiera fantasear con que
así podría ser la vida.

lunes, 23 de mayo de 2016

Prometo...

No puedo mitigar tú dolor
que viene de tantas batallas
que yo aún no he liberado
pero quiero prometerte
que siempre estaré para ti...

Al otro lado, arriba o abajo,
pero siempre contigo.
Quizás no con mi piel y huesos,
con el peso de mis pasos,
pero siempre en la palabra oportuna.
Estaré como una extensión
del recuerdo que nos unió
dibujando las filigranas
de la mejor decisión de mi vida.

Te lo debo... Quiero y elijo
ser la utopía de tú realidad.
La pausa en tú día difícil,
pues te lo debo.

Uniste mis partes rotas.
Me hiciste reinventar mis conceptos,
crecí de nuevo en tú verde bosque.
Te lo debo...


Cuenta ascendente hacia ningún sitio...

Aquí puedes tenerlo todo...
Sólo debes pedirlo.
Complicidad ingrata de la madrugada,
sonrisa esquiva del falso cortejo,
besos de callejón con los extraños.
Una enorme caja llena de mierda,
de distintos idiomas y
una sola forma de ver el mundo...
Con el alcance jerárquico que
brinda tú pasaporte y, si eres mujer,
de la fama que te genere
el sitio donde naciste
que influye directamente proporcional
a las destrezas de tu coño
que todos creen adivinar
porque se sienten el premio ibérico,
el mejor cromosoma, el elegido.

He jugado con todos aquellos
que han pretendido jugar antes conmigo.
En el proceso empecé a perder
pequeñas partes
dejando sudor y discursos
por la curiosidad del polvo ofertado.
Mostré mis mejores destrezas,
vi la inseguridad a la cara de
aquellos que con la luz semi apagada
resultavan polen de primavera...
Pequeños y molestos. Nada relevante.
No hubo promesas, pasaron de esos
protocolos tercermundistas y luego
nos encontramos por las calles
acompañando a otros con quienes
repetiríamos el papel de amantes.

Yo aún espero por uno...
Por el que realmente importa.
Los demás son simulacros,
el verdadero incendio aún
no ha conocido la gasolina del destino.
Espero me perdona el egoísmo
que desde mi albedrío derroché
en su lastimosa ausencia.
Que entienda que la soledad
en ocasiones es mala consejera
y que las ganas no conoces privativas.

Le invitaré una cerveza, y no me lo follaré hasta la cita número 20.
Espero llegue pronto,
que me desgasto.


sábado, 7 de mayo de 2016

Sucede...

He perdido la práctica
de apreciar lo implícito...
Lo que no es necesario
contar para saber que existe.
Me debato entre los tiempos
para calificar de moralmente correcto
mis decisiones desbocadas
producto de la novedad.
Trato de lucir relajada
y familiarizada con los rituales
que se evidencian por las calles.
Siento que no sé seguirlos,
que perdí el manual tras
mis fracasos experimentados.
Que hay llamadas prudentes,
hay mensajes sugerentes
y un universo cruzando los dedos...
Ojalá y sus sábanas
sean las definitivas.