Vistas de página en total

martes, 30 de noviembre de 2010

Márchate sin despido...

Segura creía estar de lo que hacía
cuando a tú propuesta fugaz accedía,
cada beso y cada abrazo pretendían
engañar a mi conciencia desprendida de razón.
No se puede engañar al corazón
ni impugnar falsos quereres
si a la hora de ser uno, ser danza,
solo dos cuerpos están presentes.


Con fecha de caducidad marqué esta locura,
mientras sostenía vidrios rotos en mis manos,
imperante autocastigo para filtrar fallas,
dolor inminente por vivenciar humanidad.
El daño persiste debatiéndose con el recuerdo…
Elecciones, ambivalencias, marcas de un hoy sin mañana.


No busco culpables o inocentes,
no pretendo perdones en pregones mansos.
Solo deseo entender, comprender, cuantificar
Por qué aún conociendo el castigo y su peso
caminé a contracorriente de espaldas al sol.


Yo que solo quería un poco de esa felicidad tuya
hoy me encuentro recolectando fragmentos.
Yo que hice caso omiso a las señales de lo inminente,
hoy vulnerable te pido que te marches sin despido.
Es que cada vez que te miro aumenta esta pena,..
Y con dolor me reafirma tú presencia que peque, qué viví.


Destino que manipulas a tú antojo
la voluntad de los absurdos mortales,
llévate en tú viento frío mis cristales salados,
mis anhelos y utopías que deforman mi arquetipo.
Deja una versión nueva, menos humana, menos voluble.
Carga con el alma y deja al cuerpo que sufra…. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario