Dijiste que buscaríamos la manera de manejar esto lo mejor posible. Hablaste de cuidarme y cuidarte, de no lastimarnos, pero sin duda algo falló. Creo que podría culparte de esto, aunque no es un hábito común en mí repartir responsabilidades, hoy sin embargo, no me da la gana de cargar sola con estas promesas sin eco en el tiempo. No se qué podría ser peor, si pensarte hasta el cansancio de mi razón o a pesar de todo, el seguir tanteando en la oscuridad hasta conseguir un mínimo recurso para rescatar lo que hace mucho tiempo está perdido. Cambiaste haciéndote más de lo mismo y menos de mí. Cambiaste sin avisarme para que lo hiciera contigo. Ya no hay vino, no hay poesía, no hay libros… Ya no soy yo en tus madrugadas, en tus excusas, en tus alegrías. Ya no eres tú en mis letras, en mis historias sin contar, en mis noches de fuga, dejaste de ser hasta en aquella canción…
Nosotros humanos de turno, emprendemos a lo largo de nuestra vida una búsqueda infinita por el equilibrio como sinónimo de paz. Algunos con métodos más ortodoxos que otros pero de igual manera predestinados a transitar un camino desconocido pero necesario.Yo siempre escogí a la palabra, bajo cualquier disfraz, bajo cualquier luz. Este espacio brinda una pequeña ventana a mi mundo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario