Vistas de página en total

miércoles, 3 de julio de 2013

Egoístas y egoístos...

Nunca entenderé, a ciencia cierta, como nuestro deseo de perpetuarnos puede hacerle frente a la libertad ajena sin sentirse coadyuvado en tres dimensiones;  el yo, el tú y el popular eramos. En una época donde se quieren ser muchas cosas (menos uno mismo) no es sencillo lavarse la cara y subirla ante la realidad para recordarle a ella, quien muchas veces se porta más como verdugo que juez que "aquí estoy", un estoy enmarcado en la fe de que ésta vez, al menos un rato, nos tenga piedad... Y es que vamos y venimos a tanta velocidad que ya casi ni notamos quién camina a nuestra vera, eso me recordó a una señora que gritó en la parada "Cristo tiene viniendo como mil años y nada que llega, casi parece el marido mío". La respuesta para unos tal vez sea religiosa, para otros etílica, para unos pocos química y para mi literaria. Lo único en mi vida que nunca fallan son las letras, a las que siempre reincido... Aunque cuando reincidí contigo no estuvo mal tampoco, era el mismo ritual de cerveza, Janis Joplin cantando al fondo y unos besos que siempre empezaban con negación de novela mexicana para terminar acurrucados en una cama que siempre fue anuncio de un desastre mayor. Pero cómo se hace? al que le gusta tropezar siempre guarda la piedra consigo para sacarla eventualmente (así sea muy pesada) porque tal vez en la repetición mejora el ensayo,  aunque por otro lado, poco importa honestamente porque quien guarda la piedra es uno entonces en teoría (lugar donde todo marcha) somos capaces de creernos lo suficientemente fuertes como para rozar la delgada línea del " que pasaría si.." a ver si en ésta ocasión llueve con sol. Qué tan difícil es hacerse el loco en un mundo donde la locura está a dos por uno? Son las 12y13 minutos, un minuto menos y hubiese aplicado la de pedir un deseo... Pediría dormirme y así no estaría pensando tantas cosas pendejas, no estaría recordando a la señora de la parada y menos analizando qué tan lejos puede estar el marido que todavía no llega... Es más, ni me acordaría de pensarte porque yo me cansé de esperar y ahora debo gritarlo en la calle para que otro también pueda contarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario