País en llamas, país candela...
De sangre negra y petróleo en deuda.
Ya no te siento, ya no te encuentro,
se borró el araguaney del libro,
se me olvidó tú luz y tú aroma en mi piel.
Nos volvimos sancocho, dominó y cerveza...
Excusas, comodidad, campañas y miserias.
No hay ciudadanía, no hay humanidad,
quedan sólo migajas de patria
minada de promesas, sólo techos de lata,
niños descalzos, libros sin uso
y memoria esquiva.
Queda la burla del blanco,
el estigma del sur,
la cédula oculta y la salida de emergencia.
Nosotros humanos de turno, emprendemos a lo largo de nuestra vida una búsqueda infinita por el equilibrio como sinónimo de paz. Algunos con métodos más ortodoxos que otros pero de igual manera predestinados a transitar un camino desconocido pero necesario.Yo siempre escogí a la palabra, bajo cualquier disfraz, bajo cualquier luz. Este espacio brinda una pequeña ventana a mi mundo...
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miércoles, 8 de enero de 2014
Rebaño tricolor...
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