Lloro aunque con
ello nada resuelva.
Es una forma
masoquista de conservar tu recuerdo
así el mismo me
fracture el alma.
Te pienso porque
la nostalgia juega en mi contra…
El ir y devenir
de mi seudohumor no quiere más caretas teatrales
que oculten los
vidrios rotos de lo que fui y ya no seré.
Suspiro a diario
porque es el único alivio que
conseguí ante mis
preguntas sin respuestas;
porque con cada
inhalación te mantengo a mi lado
y con cada exhalación
entrego un poco de ti
hasta que un día
ya nada quede…
No puedo odiarte;
el odio es amor podrido
y el mío apenas se
está marchitando con el cambio de estación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario