Es divino maldecir con el eco del recuerdo y la ligereza del sin después. Sin recortar palabras, con los labios abiertos y el alma en reconstrucción...
Es paradójico y sensorial que a la jaula abierta de tu oído lleguen como susurros mis palabras bordadas de viento, desarrollando quizás, un placer pecaminoso y merecido de extrañar la canción de mis orgasmos en "re" mayor.
El fuego que emerge de coquetear con las cenizas es la crónica de un incendio anunciado en el vórtice de mi voluntad intermitente. Estando tan sobrevalorada la felicidad yo decido reordenar sus líneas y convertirla en momentos, siendo tan itinerante el después contemplo hoy la opción de caminar en el infierno de la reincidencia.
Nosotros humanos de turno, emprendemos a lo largo de nuestra vida una búsqueda infinita por el equilibrio como sinónimo de paz. Algunos con métodos más ortodoxos que otros pero de igual manera predestinados a transitar un camino desconocido pero necesario.Yo siempre escogí a la palabra, bajo cualquier disfraz, bajo cualquier luz. Este espacio brinda una pequeña ventana a mi mundo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario