Vistas de página en total

martes, 17 de enero de 2012

¿Recuerdas el primer capítulo?


Te dije que no era posible, 
sin dar razones, ocultando mi temor.
Silencié palabras y ahorré lamentos, 
como siempre, como antes de ti.

Caminé por mi mente viéndote de reojo, 
acelerando el paso para no caer,
me conseguí cerrando historias cuya tinta 
empezaban recién con el “había una vez”.

Hablar de amor es tan sencillo 
como llorar con un buen libro, 
comentar una novela,
ver una película de dos horas y 
anticipar según su género un típico y añorado final.

Somos buenos, hasta damos consejos, 
seguimos un libreto, nos vestimos de humanidad.  
No siempre se observa, el muro suele ser alto, 
con un pequeño agujero para poder mirar,
quizás se asome una mano, un par de deseos, un corazón ansioso, uno sin estrenar.


Aguantaste mi intemperie, 
resististe por los tres, por mi, por ti, por el temor al nosotros.
Me permitiste reconocerte, ya el ciclo al fin se completó, 
siempre fuiste tú, siempre fui yo.   


                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario