Qué pasaría si nos hubiésemos
quizás, por alguna causalidad astral,
conocido antes?
Tú, más relajado...
De cabello largo,
menos comprometido.
Tomando litros de café
en alguna panadería de otra ciudad.
Yo, con menos heridas,
planificando algún viaje...
Tomando fotos y bebiendo mucho.
Durmiendo menos que el promedio
pero soñando más que el común.
Probablemente
nos hubiésemos visto.
Cruzado miradas en la distancia
hasta que alguno se atreviese
a decir lo que el otro pensaba
-probablemente hubiese sido yo-.
Conversaríamos de algún libro,
yo daría datos científicos
sobre unicornios y sirenas,
tú me harías "esa cara",
la que me pones
cuando no quieres reventar
la pequeña burbuja en la que vivo.
Creo hubiese pasado la tarde,
y seguiríamos hablando,
ya no tan extraños,
ya no tan distantes.
Probablemente intentaría besarte,
sería un beso perfecto...
Como los primeros besos
de quienes están
obligados a encontrarse...
Como los nuestros a media luna.
Y no habría reloj que sonara,
ni tiempo prestado,
ni horas contadas...
Sólo nosotros dándole
motivos a la suerte para sentir celos.
Pero estamos acá,
haciendo lo mejor que podemos
con más heridas,
desvelos y cansancios.
Con deudas, con quejas,
tomándonos de la mano a escondidas.
Dejándonos besos pendientes...
Quizás no fue antes,
tal vez es ahora.
Una verdadera prueba del tiempo
que nos colocaría en el mismo sitio.
Quizás no en aquel café
quizás sólo en la vida...
Nosotros humanos de turno, emprendemos a lo largo de nuestra vida una búsqueda infinita por el equilibrio como sinónimo de paz. Algunos con métodos más ortodoxos que otros pero de igual manera predestinados a transitar un camino desconocido pero necesario.Yo siempre escogí a la palabra, bajo cualquier disfraz, bajo cualquier luz. Este espacio brinda una pequeña ventana a mi mundo...
Vistas de página en total
miércoles, 10 de junio de 2015
Viento en el calendario...
domingo, 7 de junio de 2015
Extrañar... El verbo de la semana N°1
Tus pasos por mi casa,
el trago compartido en la taza de café.
Las sonrisas cómplices,
los abrazos que reposan en tú pecho.
Yo apretada a una barba bicolor,
tú, cómodo navegante en mis caderas.
Lo mejor de mis noches,
lo primero en mis días.
Esa despedida extensa,
tús verdes ojos bosque que brillan.
Me derrito una y otra vez...
Conoces cada rincón
de mis urgencias,
extraño todo de ti...
Dime una vez más que me quieres
y me quedo conjugando el nosotros.