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sábado, 25 de febrero de 2012

Amor y Sexo...


El amor y el sexo solo tienen de similitud
las cuatro letras que lo conforman…

El amor es una energía perenne
que escapa de cualquier ecuación.
Es el eslabón más alto en la búsqueda eterna
de justificar tu existencia mientras recreas
la órbita perfecta del que sabe volar. 

El sexo es un intercambio sin agradecimiento.
Estás desempeñando un rol de préstamo
que solo practicas en escenarios independientes.
Con suerte recibirás un par de aplausos
y una llamada al día siguiente de consolación.

El amor es la risa entrelazada con el silencio
que solo se siente entre gemidos y miradas
que no se apaciguan en el deseo constante
de hacerse uno con la luna y extraviarse con el sol…
El amor es la excusa perfecta para no
levantarse un domingo de la cama. 

El sexo es el protocolo constante de jugar
a estar disponible con la mente pero sentirte
ausente con el alma…
Es la danza dispareja de soñar que en un futuro
no cabalgas con un itinerante sino, por el contrario,
navegas con la otra mitad que te ofrecieron llegaría.

El amor es poesía combinada con vino blanco…
Es confiar que todo puede mejorar con aferrarse
a sus caderas y besar sus tatuajes llenos de historia.
Es la garantía de que a poca luz aún tus huellas
siguen conociendo el camino de llegada.

El sexo es el único recurso que queda
para jugar con el tiempo que avanza a la inversa.
Es el nudo que interrumpe la textura lisa
de la cuerda que lanzo, con la esperanza de que tu añoranza
y recuerdo de mi jueguen a seguirla como un gato a la luz…

Prefiero vivir en las cuatro letras del amor
y no en las cuatro paredes del sexo. 


                                      

Carta sin firma...


No sé en donde descansa el manual de lo correcto.
¿A dónde ir cuando todo se hace polvo
tras la brisa destructora de la realidad?
Mi amor no fue suficiente para los dos
como tantas veces te repetí en susurros…
El tuyo fue el motor valiente que impulsó
un fuerte sentir que poco a poco gastaste
con argumentos de aquel guión nefasto.

¿Con qué cara se mira al mundo después
de que te llevas entre tus pies parte de mi alma?
¿En qué buzón deposito mis dolores si ya
tus oídos están sordos ante mi petición muda que te quedes?

Eras mi brújula sensorial, todo tenía sentido
cuando empezaba en ti…
Ahora solo me queda el recuerdo de tus caricias,
caricias compasivas mojadas por mis lágrimas.

No sé a donde ir sin que tu recuerdo me persiga…
Decir que duele queda bastante corto y mezquino.
Esta llama que arde sin piedad en las entrañas
consume cada espacio como la sal en una herida profunda.

Decir que soy fuerte es solo una capa de autoprotección
que llega a destiempo, pues ya estoy aquí, vulnerable,
húmeda y expectante ante tus ojos que ya no miran.

Querer alargar el tiempo, tus caricias,
tus susurros en mi oído es un castigo físico…
Moribundas golondrinas despedazan sus alas de cristal
donde reposaban la ilusión que ahora parece de vidrio.

Duele tanto que casi siento que pago de otras vidas
un karma que no recuerdo haber cometido pero, si es necesario,
puedo pedir disculpas por ello si eso minimiza esta lluvia constante.
Eres juez y verdugo de una eternidad que nos duró poco…


                                       

Sedante natural...


En el bolso hecho con la piel de mi alma
lanza tus piedras más oscuras y pesadas.
Mientras, para aliviar tu camino,
sembraré esperanza de sorgo en el terreno del tiempo
que inclemente erosiona las capas de la memoria en orden aleatorio.

En busca de alejarte del frío y solitario invierno
bordé una cobija de deseos
como Penélope lo hizo por Odiseo
en espera de su larga llegada…

Porque de ilusiones también se vive
y por los sueños el alma del valiente
muere para renacer de las cenizas. 
Porque de ilusiones también se vive
aunque solo una de las mitades respire… 


                                                            

                                             

Una casa que no requiere serlo...


Un espacio de cuatro esquinas,
ecuación de cemento gris
que cobra total sentido
mientras ambos seamos
el vértice que la equilibra.

Tiempo efímero pero retroactivo
de una historia que nos debe páginas.
En búsqueda de mantenerme a tu lado
sigo tu dualidad que avanza
a pasos extemporáneos.

Tu sombra no es de este mundo
como tampoco lo es
lo que llenan mis poros…

Si solo pudiera con el hilo de la paz
bordar tus memorias esparcidas
lo haría sin dudarlo como la premisa
de una vida que nos junta y nos separa.

Si con la seguridad ciega de este nosotros
que por momentos no nos pertenece
pudiese aliviar tus dudas
yo, vigilante, caminaría
sobre el terreno minado del pasado
para devolverte los renglones torcidos
de tu historia desconocida.


Ojala mi agua calme tu sed…
Ojala la eternidad nos dure un poco más.